¿Qué es la hidrocefalia y cómo se produce?
La hidrocefalia consiste en una acumulación excesiva de líquido cefalorraquídeo en el cerebro. De ahí que se conozca a la hidrocefalia como el acopio de agua en el cerebro. Más concretamente, esa acumulación de líquido se hace en los ventrículos profundos del cerebro, lo que provoca un aumento del tamaño de esas cavidades que, además, provoca que se ejerza presión sobre el cerebro.
Ese líquido cefalorraquídeo es necesario que fluya por los ventrículos para proteger nuestro cerebro y la columna vertebral. Pero la hidrocefalia o ese exceso de dicha sustancia supondrá un problema al presionar de tal forma que se dañarían los tejidos del cerebro.
Dado que la hidrocefalia puede darse en personas de todas las edades, siendo los bebés y los mayores de 60 años los más propensos a ello, se pueden encontrar diversas causas posibles que provocan la hidrocefalia. Entre otros, la hidrocefalia puede venir dada por problemas durante el embarazo en el caso de un niño recién nacido o de menos de 1 o 2 años; pero también puede ser producida por otro tipo de problemas genéticos.

Causas más comunes de la hidrocefalia
Las principales causas de la hidrocefalia que pueden provocar esa acumulación de agua en los ventrículos del cerebro son las que siguen:
- Obstrucción del líquido cefalorraquídeo: El bloqueo del flujo de ese líquido de las cavidades del cerebro es una de las causas de hidrocefalia más habituales. Esa obstrucción o bloqueo del líquido cefalorraquídeo podría darse en cualquiera de los ventrículos y espacios que rodean y protegen al cerebro.
- Falta de absorción del líquido cefalorraquídeo: La hidrocefalia también puede ocasionarse por una mala absorción del líquido del cerebro en la sangre. Suele ser una causa provocada a su vez por algún tipo de problema o enfermedad que afecta a los tejidos cerebrales.
- Excesiva producción de líquido cefalorraquídeo: Cuando el cerebro produce una cantidad excesiva de líquido, más del que se es capaz de absorber, también se puede ir acumulando demasiada agua hasta producir hidrocefalia.
Síntomas para identificar la hidrocefalia
A la hora de poder identificar la hidrocefalia dependerá especialmente si se trata de una persona adulta o de un menor. Los síntomas para identificar la hidrocefalia variarán desde signos físicos hasta otro tipo de cambios cognitivos o de modos de comportamiento.
En los bebés y niños pequeños, el síntoma identificativo de hidrocefalia más evidente y habitual será un aumento inusual del tamaño de la cabeza, tanto por la velocidad de crecimiento tan repentino como por un tamaño de por sí infrecuente. También podría darse un abultamiento en la parte superior de la cabeza o fontanela, más particularmente. Por otro lado, el dolor de cabeza, las náuseas y vómitos, mala coordinación, somnolencia o incluso la irritabilidad entre otros posibles problemas podrán ser también indicio de que el niño o niña padezca hidrocefalia.
Para los adultos y mayores de 60 años los síntomas de hidrocefalia más habituales serán los dolores de cabeza, la pereza, una pérdida del equilibrio, también de la memoria y de la capacidad de concentración y razonamiento, problemas de visión e incluso falta de control de la vejiga con una necesidad de orinar con mucha frecuencia.

Cuándo acudir a un neurocirujano
El tratamiento que verdaderamente ayudará a paliar sus efectos y evitar que vaya a más será la intervención quirúrgica. Por lo general, el tratamiento quirúrgico será el más habitual para pacientes con hidrocefalia.
Esta intervención quirúrgica para la hidrocefalia consistirá en implantar una derivación ventrículoperitoneal, o bien por medio de un abordaje neuroendoscópico. En cualquier caso, la pretensión de la intervención quirúrgica será favorecer el correcto drenaje del líquido cefalorraquídeo en los ventrículos del cerebro, evitando así que se acumule una mayor cantidad de agua en el cerebro para evitar la presión sobre él.
Tratamiento de la hidrocefalia
El tratamiento para la hidrocefalia más eficaz, especialmente para los casos de mayor gravedad, será la intervención quirúrgica. Constará de cuatro partes para todo el proceso, incluyendo el diagnóstico, el pre-operatorio, la intervención quirúrgica y el post-operatorio.
Diagnóstico médico de la hidrocefalia
Una consulta previa será donde se desarrolle el historial con el problema y los síntomas que se padezcan. Algunas pruebas como radiografías, resonancias, TAC entre otros serán necesarias para determinar un buen diagnóstico médico.
Además, pueden ser convenientes otro tipo de diagnósticos y estudios de cada paciente en concreto para poder desarrollar su historial inicial de la forma más acertada posible para cada caso.
Pre-operatorio de la hidrocefalia
Además de aspectos básicos y comunes a otras cirugías como puede ser la analítica pertinente par valor por Anestesia o la necesidad de ayuno durante las últimas 6 u 8 horas previas a la operación, será conveniente tener en cuenta aspectos para el pre-operatorio de la hidrocefalia como evitar fumar, procurar usar un champú bactericida el día previo en según qué casos.
Se debe estar tranquilo por la operación. Por otro lado, puede necesitarse pausar medicaciones habituales de anticoagulantes o antiagregantes.
Intervención quirúrgica
Como es de entender, la duración y complejidad de la operación quirúrgica de hidrocefalia dependerá del tipo de cirugía a realizar y de la causa de la hidrocefalia entre otros factores.
Por lo general, después de la operación, el paciente podría estar unas 48 horas deambulando, con cierta necesidad de pasar las primeras 24 horas en la UCI para poder ser atendido y vigilado más cautelosamente. Después, es habitual que en 5 o 7 días pueda obtener el alta.
Post-operatorio
El post-operatorio dependerá de las necesidades de cada paciente. En su mayoría dependerá de la razón o causa que le derivó a tener que someterse a la intervención quirúrgica. Por ejemplo, en ocasiones, aunque poco frecuentes, puede requerirse un tratamiento de rehabilitación.
Por otro lado, se pueden requerir otro tipo de tratamientos según las circunstancias de cada paciente y sus necesidades. Además de ser importante realizar una intervención quirúrgica que favorezca al drenaje del líquido cefalorraquídeo, en ciertas ocasiones el paciente puede requerir otros tratamientos adicionales más bien relacionados con las secuelas o síntomas que produce la hidrocefalia.
En especial, este tipo de tratamientos adicionales suelen ser más necesitados por los niños. Se trata de atención médica por pediatras y neurólogos pediátricos que supervisen el proceso de tratamiento, además de otros especialistas que favorezcan al desarrollo de sus habilidades y capacidades cognitivas y de integración. Por ejemplo, un terapeuta ocupacional, un terapeuta del desarrollo o un trabajador social podrá ayudar al niño a desarrollar su aprendizaje en la escuela así como sus habilidades interpersonales y sociales, que se habrán visto afectadas negativamente a causa de la hidrocefalia.

En caso de padecer hidrocefalia será necesario que contactes con un neurocirujano especialista en hidrocefalia. Es importante poder diagnosticarlo y preparar una cirugía para solventar los síntomas que esto puede producir en la persona que la padezca.
Para más información sobre las posibles causas de la hidrocefalia, así como los síntomas que pueden ayudarte a identificarla o las posibilidades de su tratamiento, cuenta con la ayuda del neurocirujano Doctor Somoza con el que podrás encontrar el mejor tratamiento de hidrocefalia.