¿Qué es la lumbalgia?
Para algunos puede resultar un término desconocido, o no, según datos oficiales más del 80% de la población española padece o ha padecido dolor lumbar en algún momento de su vida. En el post de hoy hablamos sobre la lumbalgia: síntomas, tratamiento y recomendaciones como médico especialista en patologías de columna.
La lumbalgia es un dolor localizado en la región vertebral o prevertebral lumbar. Su origen está relacionado con la estructura músculo-esquelética de la columna vertebral. Generalmente se acompaña de dolor irradiado o referido, no se trata de una enfermedad, es un síntoma.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la lumbalgia se caracteriza por un dolor o contractura en la zona baja o lumbar de la espalda.
Sus causas pueden ser diversas, y diferentes estructuras pueden estar relacionadas en la génesis de la lumbalgia como son las vértebras y sus articulaciones, los músculos que la rodean, los discos intervertebrales, las terminaciones nerviosas, e incluso los ligamentos.
Aquella dolencia que se considera aguda puede durar varios días, para catalogarlo como crónico la molestia debe perdurar meses. Estos dolores impiden la realización de forma natural de ciertas actividades cotidianas, en casos extremos, puede derivar en incapacidad laboral.
Principales causas de la lumbalgia
La lumbalgia no tiene género o edad, puede aparecer en personas de 20, 30 o 60 años.
El 80% de la población padece o padecerá lumbalgia en algún momento de su vida. Los estudios exponen que la incapacidad más frecuente se encuentra en menores de 45 años o entre pacientes e 45 a 60. La gran mayoría de los casos mejoran, independientemente de los tratamientos, en cuestión de dos o tres meses.
Son múltiples las causas por las que se pueden producir molestias lumbares, entre ellas destacan:
Sobrecarga muscular en la zona lumbar
Puede deberse a cargar peso de forma puntual o habitualmente. También destacan los golpes, las contracturas musculares, lesiones deportivas o movimientos bruscos. El exceso de peso puede beneficiar las contracturas en la zona lumbar, dando lugar así a estos dolores. Por otro lado, destaca también pasar demasiado tiempo sentados o de pie.
Malas posturas
Gran parte de la población es sedentaria o pasa demasiadas horas sentada debido a sus trabajos. Esto aumenta considerablemente las probabilidades de sufrir lumbalgia si la postura que se adquiere no es correcta o no se apoya la espalda mientras estamos sentados.
Hernia discal
La hernia discal proviene de un movimiento o desplazamiento. Un disco ubicado en la zona de las lumbares se fisura y parte del contenido gelatinoso que alberga en su interior sale hacia fuera, esto desemboca en dolor lumbar.
Desgaste o degeneración de los discos o articulaciones vertebrales
Esto a su vez se puede producir por causas anteriormente mencionadas como las malas posturas, sobrepeso, deterioro óseo o al tener una musculatura lumbar poco trabajada.
Irritación del nervio ciático
También la inflamación o compresión entre los discos vertebrales puede llevar a padecer lumbalgia.
Uno de los factores que más influye en esta dolencia es social y emocional. Numerosas personas lo sufren de forma crónica debido a factores sociales o económicos.
Si se desempeñan trabajos que implican movimientos bruscos, cargar de forma habitual con más peso del recomendado, pasar demasiadas horas de pie o sentados. Es una dolencia directamente relacionada con los países industrializados.
Síntomas de la lumbalgia
Como se ha mencionado previamente, los síntomas de la lumbalgia son fuertes dolores en la zona inferior de la espalda (o lo que se conoce como dolores sordos), aquellos que al ser tan intensos y continuos son difíciles de describir o localizar.
La lumbalgia puede manifestarse de diversas maneras, entre ellas destacan:
- Dificultad para realizar movimientos que se realizan diariamente de forma cotidiana, llegando incluso a impedir que el paciente se ponga de pie o camine.
- Dolores que se inician en los lumbares pero se reflejan o irradian en las piernas, glúteos, ingles o parte superior del muslo.
- Pequeños espasmos musculares que pueden anunciar esta patología.
- Algunos de los casos más complejos pueden llevar a sufrir estos dolores en los riñones o la vejiga.
- En algunas ocasiones estos dolores pueden ir acompañados por adormecimiento, debilidad o dificultades para mover la pierna o el pie.
Mejores tratamientos para la lumbalgia
Para poder aplicar un tratamiento que alivie estos dolores, lo primero que realizará el especialista será un diagnóstico del paciente. La información que le ofrezca será determinante para poder definir dicho diagnóstico.
Además de los síntomas asociados al dolor, es necesario conocer algunos aspectos como la historia del dolor, conocer cuándo y cómo comenzaron. Si no fuese la primera vez que se sufre esta dolencia, es necesario conocer la respuesta de tratamientos que se aplicaron con anterioridad.
Por otro lado, el médico se interesará por conocer los hábitos de vida del paciente, si se realiza ejercicio físico, con qué frecuencia, si se han desempeñado trabajos con alta exigencia corporal, las horas que se descansa, etc.
En última estancia, como se ha mencionado previamente, también influyen factores psicológicos, periodos de estrés, ansiedad u otros trastornos emocionales que pueden derivar en estas dolencias.
Una vez dibujado el diagnóstico, se procederá al tratamiento del paciente.
En primer lugar se recomendará el descanso del paciente, dejar de realizar esfuerzo o actividad física permitirá que los tejidos lesionados comiencen a sanar.
Aunque este punto puede “ser un arma de doble filo”. Para las personas que no realizan actividad física, es indispensable mejorar el estado de sus músculos para que la columna se apoye adecuadamente. Es importante que este tipo de pacientes se inicien en ejercicios de flexibilidad y fuerza para no experimentar una lumbalgia prolongada.
Aplicar compresas de calor o hielo para reducir la inflamación. Acompañado de medicamentos, siempre bajo receta médica, que ayuden a que la recuperación sea más rápida y eficiente.
Acudir a especialistas que ayuden a tratar el malestar y el dolor.
Por último, si se tratase de un dolor que no cesa con el tiempo y los tratamientos aplicados, se puede recurrir a una opinión especialista para valorar si podría en su caso valorar la opción de una cirugía para tratar la lumbalgia.
Siempre y cuando el paciente haya aceptado esta decisión después de haberlo tratado con su médico especialista en lumbalgia. Es indispensable contar con la intervención de un cirujano de calidad que pueda contemplar las ventajas e inconvenientes de cada procedimiento.
Existen diversos tipos de alternativas terapéuticas y/o cirugías en la espalda, entre las que se destacan:
- Disectomía
- Laminectomía
- Fusión intersomática
- Artrodesis o Fijación lumbar
- Discos artificiales
- Radiofrecuencia / Rizolisis
- Bloqueos
Cada una de ellas desempeña una función concreta para aliviar una serie de dolencias en pacientes con características específicas.
Tras la operación es fundamental llevar a cabo un post operatorio correcto y, si fuera necesario, acompañarlo de un tratamiento médico posterior con sus controles específicos y rehabilitaciones.
Especialista en lumbalgia: Dr. Pablo Somoza
Si sufres o has sufrido estas dolencias es importante ponerse en contacto con un médico especialista en lumbalgia para tratar esta patología para evitar que se conviertan en dolores crónicos.
Si precisas más información sobre lo mejores tratamientos para la lumbalgia estás en el lugar indicado. No dudes en contactar con el Doctor Somoza para obtener más información.