Operación de hernia discal cervical: todo lo que debes saber

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Si estás considerando una operación de hernia discal cervical, o si alguien cercano a ti necesita someterse a este procedimiento, es natural que quieras estar bien informado para sentirte más tranquilo. 

En Dr. Pablo Somoza, te ofrecemos toda la información que necesitas sobre este tipo de cirugía para que puedas afrontar el proceso con confianza.

Hablar de operaciones puede generar inquietud, especialmente cuando se trata de un tema tan delicado como la cirugía de hernia discal cervical. 

Esta intervención, aunque efectiva para aliviar molestias, conlleva un postoperatorio extenso. Aquí te explicaremos detalladamente lo que puedes esperar, incluyendo el tiempo de recuperación.

Síntomas y diagnóstico de la hernia discal cervical

Signos de advertencia de una hernia discal cervical

Identificar una hernia discal cervical puede ser crucial para recibir el tratamiento adecuado. Aquí hay algunos signos de advertencia que podríamos experimentar:

  • Dolor en el cuello: Muchas veces, sentimos un dolor constante o punzante en el cuello.
  • Dolor irradiado al brazo: A veces, el dolor se extiende desde el cuello hasta los hombros y brazos.
  • Entumecimiento y hormigueo: Estas sensaciones pueden aparecer en el brazo o la mano.
  • Debilidad muscular: Notar que ciertos músculos se sienten débiles o difíciles de mover.
  • Dolor de cabeza: Algunos experimentan dolores de cabeza que comienzan en la base del cráneo.

Si sentimos alguna combinación de estos síntomas, es hora de considerar una visita al médico. ¿Qué tan grave es el dolor? ¿Nos impide realizar nuestras actividades diarias? Estos son indicadores clave para buscar ayuda médica.

Métodos de diagnóstico más comunes

Conocer los métodos comunes de diagnóstico nos puede ayudar a entender qué esperar durante una visita al médico.

  1. Historia médica: El médico nos preguntará sobre nuestros síntomas, historial médico y posibles lesiones.
  2. Examen físico: Se realizarán pruebas para evaluar la fuerza, reflejos y sensación en nuestros brazos y piernas.
  3. Rayos X: Estas imágenes pueden mostrar el alineamiento de las vértebras en el cuello y descartar otras causas del dolor.
  4. Resonancia magnética (RM): La RM es excelente para ver los tejidos blandos, incluido los discos y los nervios.
  5. Tomografía computarizada (TC): Un TC puede ofrecer más detalles si es necesario, especialmente si la RM no es concluyente.
  6. Electromiografía (EMG): Esta prueba mide la actividad eléctrica de los músculos para detectar la presión sobre los nervios.

Tener una idea clara de estos procedimientos puede calmar nuestros nervios y aclarar cualquier duda.

Importancia de un diagnóstico temprano

Un diagnóstico temprano puede marcar una gran diferencia en nuestra calidad de vida. ¿Por qué es tan esencial?

Primero, permite comenzar tratamientos no quirúrgicos cuanto antes, como fisioterapia o medicamentos para el dolor.

Segundo, nos ayuda a prevenir daños mayores. Si la hernia discal continúa presionando un nervio, puede causar debilidad permanente.

Finalmente, un diagnóstico temprano puede reducir la necesidad de cirugía. Cuanto antes tratemos el problema, mayores son las posibilidades de evitar procedimientos invasivos.

Considera que es mejor tratar el problema a tiempo antes de que se complique.

Diferencias entre hernia discal cervical y otras condiciones

Podemos confundir una hernia discal cervical con otras condiciones que causan dolor de cuello y brazo. Aquí hay algunas diferencias clave:

  • Estenosis espinal: Este es un estrechamiento del canal espinal que también puede causar dolor y debilidad, pero a menudo afecta ambas piernas y brazos.
  • Radiculopatía: Puede ser causada por una hernia discal, pero también por otras condiciones como tumores o diabetes.
  • Lesiones musculares: Dolor muscular o ligamentoso puede imitar el dolor de una hernia, pero usualmente no causa hormigueo o debilidad.
  • Artritis cervical: Esta condición causa dolor y rigidez, pero el impacto en los nervios es menos común.

Comprender estas diferencias nos ayuda a describir mejor nuestros síntomas al médico y llegar a un diagnóstico preciso.

operación de hernia discal cervical

Opciones de tratamiento para la hernia discal cervical

Tratamientos no quirúrgicos

Para muchas personas, lo primero que intentamos son los tratamientos no quirúrgicos. Estos pueden ayudar a aliviar el dolor sin tener que recurrir a la cirugía.

Algunas de las opciones más comunes incluyen:

  • Ejercicio físico: Realizar ejercicios específicos para fortalecer los músculos del cuello.
  • Fisioterapia: Ayuda a reducir la inflamación y mejora la movilidad.
  • Medicamentos: Analgésicos, antiinflamatorios y relajantes musculares pueden ser útiles.
  • Reposo: A veces, simplemente descansar puede ayudar a reducir el dolor.

En general, estas alternativas son efectivas para la mayoría de las personas.

Terapias físicas y medicamentos

La fisioterapia y los medicamentos suelen ser nuestro siguiente paso en el tratamiento.

Estas terapias se centran en aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.

  1. Fisioterapia: A través de ejercicios y técnicas de estiramiento, mejoramos la fuerza y flexibilidad del cuello.
  2. Medicamentos: Podemos recetar antiinflamatorios, analgésicos o incluso corticosteroides para reducir el dolor y la hinchazón.
  3. Inyecciones: Inyecciones de esteroides en el área afectada pueden proporcionar alivio temporal.

Estas terapias combinadas pueden ser muy efectivas.

Indicaciones para la cirugía

A veces, los tratamientos no quirúrgicos no son suficientes. En estos casos, quizás  sea necesario considerar la cirugía.

Hay ciertos signos que indican la necesidad de cirugía, como:

  • Dolor persistente: Si el dolor no disminuye con tratamientos convencionales.
  • Pérdida de función: Dificultad para mover el cuello o los brazos.
  • Complicaciones neurológicas: Problemas graves como debilidad o entumecimiento.

Cuando vemos estos síntomas, la cirugía puede ser la mejor opción.

Comparación de tratamientos

Comparar los tratamientos nos ayuda a decidir la mejor opción para cada persona.

Podemos analizar los pros y contras de cada enfoque:

  • Tratamientos no quirúrgicos: Menos invasivos, pero pueden ser más lentos en proporcionar alivio.
  • Cirugía: Más efectiva en casos graves, pero conlleva riesgos y tiempo de recuperación.

Cada paciente tiene necesidades únicas, por lo que personalizamos el tratamiento según cada caso.

  1. Evaluamos el historial médico.
  2. Consideramos el estilo de vida del paciente.
  3. Analizamos los síntomas y su impacto en la vida diaria.

De esta manera, encontramos el balance perfecto entre eficacia y seguridad.

Tipos de operación hernia discal cervical

Discectomía cervical anterior y fusión espinal (ACDF)

La discectomía cervical anterior y fusión espinal, más conocida como ACDF, es una técnica común. En ella, se realiza un corte en la parte frontal del cuello para acceder a la columna vertebral.

El cirujano elimina el disco herniado que está causando dolor y otros síntomas. Luego, se inserta un injerto óseo o un implante en el lugar del disco extraído.

¿Por qué se utiliza un injerto? Porque esto ayuda a fusionar las vértebras, proporcionando estabilidad a la columna.

La fusión espinal implica que las dos vértebras se unirán eventualmente y se convertirán en una sola estructura.

¿Cuánto tiempo lleva esta fusión? Puede tardar varios meses en completarse.

  • Acceso frontal: El acceso a través de la parte frontal del cuello permite una mejor visibilidad.
  • Eliminación del dolor: Al quitar el disco herniado, se disminuye la presión sobre los nervios.
  • Fusión de vértebras: La fusión crea una columna más estable.

¿Hay desventajas? Una posible desventaja es la pérdida de movimiento en la sección fusionada de la columna.

Sustitución de disco cervical artificial

La sustitución de disco cervical artificial es una alternativa a la ACDF. Aquí, en lugar de fusionar las vértebras, se reemplaza el disco herniado con un implante artificial. Este procedimiento también se realiza a través de la parte frontal del cuello.

¿Por qué elegir un disco artificial? Porque permite mantener la movilidad natural de la columna vertebral.

  1. Menos pérdida de movimiento: A diferencia de la fusión, el implante permite movimiento.
  2. Recuperación más rápida: La movilidad preservada puede llevar a una recuperación más rápida.
  3. Menos estrés en otros discos: Evita el estrés adicional en los discos adyacentes.

Este procedimiento puede ser adecuado para pacientes que busquen mantener la flexibilidad del cuello.

Sin embargo, no todos los pacientes son candidatos. Factores como la salud general y la estructura ósea del cuello son importantes.

Discectomía cervical posterior

La discectomía cervical posterior es otra opción donde el acceso a la columna se realiza desde la parte posterior del cuello. En este procedimiento, se extrae el disco herniado para aliviar la presión sobre los nervios.

¿Cuándo se elige esta técnica? Es útil cuando el disco herniado está más cerca de la parte posterior de la columna. La ventaja principal es que no se necesita fusión, lo que mantiene la movilidad de la columna.

¿Hay desventajas? Puede haber más riesgo de inestabilidad en la columna en comparación con la fusión anterior.

Comparación de técnicas quirúrgicas

Es importante comparar las técnicas para decidir la mejor opción. La ACDF es efectiva y ofrece estabilidad, pero limita el movimiento. 

La sustitución de disco artificial permite conservar la movilidad, pero no es adecuada para todos los pacientes.

La discectomía cervical posterior es menos invasiva en términos de fusión, pero puede no ser adecuada para todas las localizaciones de hernias.

  • ACDF: Buena para la estabilidad, pero limita el movimiento.
  • Disco artificial: Mantiene movilidad, pero no es para todos.
  • Discectomía posterior: No necesita fusión, pero puede tener riesgos de inestabilidad.

Finalmente, decidir entre estas técnicas depende de factores individuales como la ubicación del disco herniado y la salud general del paciente.

Cuidados postoperatorios y recuperación

Recomendaciones postoperatorias

Después de la cirugía de hernia discal cervical, es normal tener un tubo de drenaje en la herida. Este tubo suele ser retirado el día siguiente de la operación. Los médicos también prescribirán analgésicos para manejar el dolor.

El paciente puede comenzar a levantarse y caminar al día siguiente de la cirugía, aunque puede sentir dificultades al tragar que desaparecerán lentamente. Generalmente, después del segundo o tercer día, el paciente puede ser dado de alta del hospital.

En casa, es crucial seguir una rutina tranquila. Los primeros días son vitales para evitar complicaciones. Así que, descansos frecuentes y evitar estrés físico son clave.

Caminar es un ejercicio altamente recomendado. Es fácil y ayuda a la recuperación sin añadir mucho estrés al cuerpo.

En el tercer mes, se programan radiografías de control. Esto es para asegurarse de que el disco está en la posición correcta y funcionando bien.

Uso de collarín cervical

El collarín es especialmente útil durante los primeros 10 días post-cirugía. Aunque no es imprescindible, ayuda al paciente a ser consciente de los movimientos del cuello.

Cada cirujano tiene su propia recomendación sobre el tipo y la duración del uso del collarín. Por eso, es importante seguir las instrucciones específicas de tu médico.

La mayoría de los pacientes encuentran que el collarín es una herramienta útil durante la recuperación inicial.

Actividades y restricciones

Volver a las actividades diarias puede ser tentador, pero es vital seguir las restricciones recomendadas por el médico.

Durante las primeras dos semanas, debemos evitar levantar objetos pesados. También es crucial no someterse a mucho estrés físico.

Seguir estas restricciones nos ayudará a evitar complicaciones y acelerar nuestra recuperación.

Tiempo de recuperación esperado

La recuperación de la cirugía de hernia discal cervical puede variar dependiendo de diferentes factores. Generalmente, se recomienda seguir una rutina pausada durante las primeras semanas.

Para muchos, el dolor de cuello puede tardar más en desaparecer comparado con otros síntomas. En algunos casos, la debilidad o entumecimiento en el brazo pueden persistir por semanas o meses.

En el tercer mes, es común repetir radiografías de control para asegurar que todo va bien. Si todo se ve positivo, podemos empezar a integrar actividades deportivas como ciclismo o correr.

  1. Primeros días: Mucho descanso y evitar movimientos bruscos.
  2. Primera semana: Caminar, evitar levantar peso y mantener el estrés físico bajo.
  3. Primer mes: Continuar con ejercicios suaves y seguir las recomendaciones médicas.
  4. Tercer mes: Evaluaciones de control y reintroducción gradual de actividades deportivas.

La clave está en seguir las recomendaciones de nuestro médico y escuchar a nuestro cuerpo para lograr una recuperación exitosa.

Conclusión

Gracias por acompañarnos hasta el final de este artículo. Como has podido observar, el éxito de la operación de hernia discal cervical depende en gran medida del cuidado de cada paciente. 

Es fundamental seguir las recomendaciones postoperatorias indicadas por el cirujano para garantizar una recuperación óptima. 

Al enfrentarnos a cualquier cirugía, ya sea menor o más compleja, es crucial asegurarnos de estar en las mejores manos para nuestra tranquilidad. 

Te recomendamos contar con el Doctor Pablo Somoza, un experto en cirugías de columna cervical y patologías cráneo-cerebrales.

No dudes en ponerte en contacto para asegurarte el mejor procedimiento y una recuperación exitosa.

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