Hernia Discal Cervical

La mayoría de enfermedades del disco cervical, aparecen por causa degenerativa, Pero hay veces que son consecuencia de un traumatismo, un accidente de tráfico, una caída o una tracción….
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¿Qué es una hernia discal cervical
y por qué se produce?

El disco intervertebral está compuesto por el anulas (anillo fibroso) , el núcleo pulposo y los platillos vertebrales. La columna cervical se protege a su vez por los ligamentos que la rodean, las facetas articulares y el arco posterior de las vértebras y las estructuras musculares insertadas. El objetivo de semejante armazón es proteger y dar cobijo a la médula espinal y a los nervios que de ella salen y que rigen el movimiento y sensibilidad para los brazos.

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Una hernia discal cervical se produce cuando hay un desplazamiento del disco, que comprime a la médula o las raíces nerviosas implicadas. La pérdida de elasticidad del disco intervertebral producida por el déficit de hidratación que aparece con la edad, acelera su degeneración y hace más propenso al disco intervertebral a romperse, siendo las fibras posteriores del ánnulus incapaces de soportar la tensión ejercida en el núcleo.

La mayoría de enfermedades del disco cervical, aparecen por causa degenerativa, pero hay veces que son consecuencia de un traumatismo, un accidente de tráfico, una caída o una tracción.

Como consecuencia de ello, cuando se produce una hernia discal cervical nos encontramos la característica cervicalgia que irradia a los brazos. Puede haber sensación de mareos, cefalea o inestabilidad.

A veces el dolor es lancinante y abrupto como un calambre por el hombro y el brazo, produciendo incapacidad para ejercer una función manual, otras veces irradia hacia la mitad de la espalda entre los omóplatos.

La falta de fuerza es frecuente, aunque según la raíz afectada puede pasar desapercibida para el propio paciente. La sensación de falta de sensibilidad, hormigueo y/o adormecimiento en el brazo, en la mano o algún dedo son habituales.

Especial cuidado habrá que tener, pues podría orientarnos a que hay sufrimiento o daño medular, en aquellos casos donde la sintomatología se extienda más allá de los MMSS, especialmente si se nota debilidad en las piernas, dificultad para caminar, alteraciones sensitivas / hipostesia por debajo del nivel del cuello, sensación de calambre por toda la columna, alteraciones esfinterianas o exaltación de reflejos.

La historia clínica nos orientará hacia el trayecto radicular comprometido. La resonancia cervical resulta la prueba diagnóstica de elección. La radiología convencional o el TAC pueden aportar información adicional, especialmente en casos de hernias traumáticas o con sospecha de barra osteofitaria.

El estudio neurofisiológico, complementa la información obtenida , aporta información sobre el grado de compromiso medular y excluye patologías con sintomatología similar o de nervio periférico como el sindrome del túnel carpíano.

El tratamiento conservador (analgésicos, relajantes, fisio, termoterapia, infiltraciones, etc), debe ser la opción inicial en ausencia de sintomatología que comprometa a la médula, o ante un cuadro álgido incontrolable o agravamiento de un déficit motor, en que la cirugía deberá ser considerada sin demora.

El abordaje quirúrgico tradicional de la columna para extirpar una hernia cervical es por vía anterior a través de una incisión de apenas 3 cm.

A través de microcirugía y con apoyo de microscopio, se realiza la exégesis completa del disco y se extirpa la hernia discal, liberando el nervio comprometido o la médula espinal si fuera el caso.

La mejoría del cuadro generalmente es muy rápida, resolviendo los síntomas a las pocas horas de ser operado. En 36-48 h el paciente podrá regresar a su casa.

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Proceso quirúrgico

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Diagnóstico médico

Se realiza en consulta previa entrevista donde se elabora una historia clínica detallada para estudio de su sintomatología y causa del problema. Habitualmente suele ser necesario la realización de estudios radiológicos convencionales como resonancia o el TAC y adicionalmente puede ser necesario el uso de otros métodos complementarios de diagnóstico, como estudios neurofisiológicos.

Pre-operatorio:

Debes estar tranquilo. Evita fumar. El día anterior puede ser necesario el uso de champú bactericida. Puede ser indicado la suspensión temporal previa a la cirugía de anticoagulantes o antiagregantes en caso de que forme parte de tu medicación habitual. Se te realizará analítica pre-operatoria y serás valorado por anestesia. Debes mantener ayuno de 6 a 8 horas previas a la cirugía.

Intervención quirúrgica

La duración de una intervención quirúrgica sobre la columna suele ser varible en función del tipo de cirugía realizada (hernia discal, estenosis, fijaciones, corrección de escoliosis), localización de la patología (columna cervical, dorsal o lumbar), etc. Normalmente en 12 horas el paciente está deambulando y probablemente pueda obtener el alta, en función de la patología operada, en 48-72 horas.

Post-operatorio:

Dependiendo de la naturaleza de la lesión, es posible que puedas necesitar tratamiento complementario que exija la participación de otras especialidades (oncología, radioterapia, entre otras). Por regla general, el pronóstico dependerá mayormente de la causa que motivó tu cirugía. Puede ser necesario tratamiento médico posterior así como control radiológico. En algunos casos puede ser necesario el tratamiento rehabilitador.

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Preguntas más frecuentes de patologías de columna

Por regla general, los pacientes ingresados suelen estar 48 horas si se trata de una hernia discal lumbar, 72 horas en caso de una estenosis de canal lumbar, 3 a 5 días si se trata de una artrodesis lumbar (dependiendo del nº de niveles fijados), 36 horas si se trata de una hernia cervical (uno o varios niveles).

Recomendamos vivamente, salvo causa de fuerza mayor, que el paciente se ponga a caminar de forma activa a las 24 horas de post-operado. En caso de cirugía sobre la columna lumbar, debemos evitar en los primeros días, maniobras que pongan en tensión las suturas internas, tales como, movimientostos de flexorotación, inclinación delantera, cuclillas o agacharse.

En caso de cirugía de artrodesis lumbar, probablemente tengas que colocar un corsé durante unas semanas, que limiten el movimiento y ayuden a consolidar el proceso de unión del tornillo al hueso.

En caso de cirugía sobre la columna cervical, y en función del dispositivo colocado, puede ser necesario la colocación de un collarín cervical durante 2 a 4 semanas.

Aquí influyen varios factores, fundamentalmente el tipo de trabajo
desarrollado. Si el trabajo precisa de mucha carga física, probablemente necesites poner en condiciones tu musculatura lumbar antes de desenvolver un trabajo con mucha necesidad de esfuerzo físico, con lo que un complemento de Fisioterapia /RHB podría ser considerado.

Otros factores que invariablemente influyen son la edad, presencia o ausencia de sobrepeso, la causa que motiva tu cirugía, naturaleza de hueso, grado de artrosis o degeneración.

Habitualmente el tiempo de demora para la reincorporación laboral suele ser alrededor de 4 semanas si tu trabajo es sedentario, tres meses si el trabajo supone esfuerzos físicos leves (limitando la carga y determinadas posturas), y de 6 a 9 meses si la exigencia laboral todavía es mayor.

Es probable que puedas hacer el mismo deporte que venías realizando, pero tras un intervalo de tiempo post-operatorio no inferior a los 4 meses.

Tendrás que tener en cuanta que deportes que sugieran mucho impacto, pueden contribuir a deteriorar los discos intervertebrales.

En caso de haber realizado una artrodesis, el tiempo de demora para realizar actividades deportivas debe ser mayor. En general, a los dos meses podrás iniciar ejercicios de natación y/o bicicleta estática reclinada.

Desde luego no estás limitado para su uso, aunque nuestra recomendación es que te abstengas de conducir en las primeras 3 a 4 semanas de post-operatorio.

Si es absolutamente necesario, recomendamos poco tiempo en el coche y en caso que se necesitase viajes de larga distancia, aconsejamos hacer una parada cada 150 km o 2 horas para caminar un poco y realizar estiramientos.

Idealmente debes fijar el asiento del conductor de forma que llegues cómodamente a los pedales, la espalda completamente apoyada en el respaldo y los brazos deben estar ligeramente flexionales. Debes saber que, en caso de ser portador de collarín cervical, no debes conducir hasta su retirada.

Por regla general, recomendamos abstenerte de viajar en avión los primeros 15 días tras una cirugía sobre la espalda.

La postura más fisiológica que permite a la columna adoptar una postura natural, es dormir boca arriba con la espalda pegada al colchón y apoyo bajo las rodillas, evitando así una sobrepresión sobre la zona lumbar.

Otra opción es dormir de lado (posición fetal) con la cadera y las rodillas flexionales. La postura más desaconsejada es dormir boca abajo, pues además de tener que rotar el cuello para respirar, puede modificar la curvatura lumbar provocando contractura y /o ausencia de relajación de la musculatura lumbar.

El colchón adecuado podría ser uno semiduro, es decir, uno que no sea excesivamente firme y permita los apoyos naturales de la espalda, ni excesivamente blando.

Si padeces de problemas de espalda no es muy recomendable el uso de tacón alto (por encima de 6 cm). La columna lumbar soporta el 80% del peso de nuestro organismo y el uso de calzado excesivamente alto o bajo, puede inducir modificaciones de postura que alteran la distribución de cargas y contribuyen la génesis del dolor.

Si nuestro puesto de trabajo, requiere mucho tiempo sentado, debemos mantener una postura erguida, con la espalda perfectamente acoplada y apoyada en el respaldo de la silla y las piernas flexionales en ángulo recto.

Es conveniente tener un apoyo para los pies si éstos no llegan al suelo. Debemos evitar los asientos demasiado blandos o que no tengan respaldo, también debemos evitar sentarnos en el borde del asiento o desplazando lateralmente el peso corporal.

Cada hora, debemos levantarnos y realizar estiramientos, evitando así posturas mantenidas que favorezcan la aparición de contracturas vertebrales.

La altura de la pantalla del ordenador debe estar a la altura de los ojos, evitando movimientos continuados de extensión cervical que a largo plazo generan sobrecarga.

Frente a la mesa de trabajo la silla está próxima a la misma para evitar inclinarnos hacia adelante y la altura de la misma será adecuada a la estatura del usuario para evitar que permanezca encorvado.

El sedentarismo. El hábito tabáquico pues retrasa el proceso de cicatrización y/o
consolidación. Debes evitar el sobrepeso. Debes evitar inclinarte hacia adelante.

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